viernes, 18 de mayo de 2018

La "barrera del sonido"


Recuerdo haber oído esta expresión a dos empleados de recursos humanos tomando un café, hace muchos años en una consultora en que trabajaba. Se referían a un candidato que había “traspasado la barrera del sonido”, es decir, había superado cierta edad (desconozco si podían ser 40 o 50 años), lo que prácticamente lo descalificaba para el puesto.

Aunque el tema de la edad laboral se ha tratado en numerosas ocasiones por especialistas, y aunque parece ridículo tener que argumentar sobre algo tan evidente, especialmente en el ámbito de las Tecnologías de la Información que es el que mejor conozco, creo que no está de más volver a reflexionar sobre el alto coste económico que tiene para una empresa de Tecnologías de  la INFORMACIÓN el “tirar a la basura” toda esa INFORMACIÓN y experiencia que albergan empleados a los que se prejubila o que tienen esos candidatos a los que no se contrata.
Quizá lo primero a destacar que es creo que este modelo es principalmente aplicable a España. Los datos de que dispongo, tanto obtenidos desde Internet como directamente de otros profesionales (compañeros o proveedores) que trabajan en otros países, muestran que no ocurre, o no con tanta frecuencia, en otros países.

By Internet Archive Book Images, via Wikimedia Commons

Escenarios de “derroche”


Creo que en las empresas de TI hay tres formas en que se desperdicia el capital humano por la edad:
  • Estructura de la carrera profesional
  • Prejubilaciones y despidos
  • No contratación por edad

 

Estructura de la carrera profesional


En la mayoría de las empresas de TI no existe REALMENTE una carrera profesional PROLONGADA que permita a un buen técnico seguir evolucionando en su carrera aumentando el RECONOCIMIENTO profesional y el SUELDO.
En gran parte de las empresas de tecnología la evolución implicar dejar de ser técnico y convertirse en gestor (si se desea que el sueldo y el reconocimiento aumenten). Esto provoca que, en ocasiones, la empresa pierda un buen técnico y adquiera un mal gestor (según el clásico Principio de Incompetencia de Peter ).
Por supuesto no quiere decir que todos los jefes de proyecto deban proceder carreras de gestión (es habitual ver resultados desastrosos cuando alguien que no conoce las singularidades y características del desarrollo de software intenta gestionar o dirigir el trabajo, por lo que es recomendable que la gestión la realicen personas con experiencia en tecnología), sino que la evolución debe ser por convencimiento e interés y no de forma “forzada” para no quedarse estancado.
El resultado es que esa experiencia y conocimientos se pierden y la empresa, que posiblemente ha sustituido en  su “pool” de técnicos un perfil “caro” por uno “barato”, en lugar de aumentar su beneficio, pierde en eficiencia (produce más barato pero probablemente  más lento y con peor calidad) y posiblemente pueda tener más errores o retrasos, con los costes asociados.
Esto desde luego no ocurre, o no de forma tan acusada, en otros países (basta comparar las bandas salariales o las ofertas de empleo habituales en España y otros países). Esto se evitaría si, como ocurre en otros países, puedes encontrar un programador con 60 años al que todo el mundo consulta y respeta  al que se encarga los proyectos difíciles y pide asesoramiento.

Prejubilaciones y despidos


A lo anterior hay que sumar los despidos o prejubilaciones a partir de una edad. El argumento, que en algunos casos puntuales es cierto, de dificultad o incapacidad para reciclarse, en la mayoría de los casos no tiene ningún soporte objetivo.
El mundo de las TI ha cambiado radicalmente cada pocos años y la mayoría de los profesionales han tenido que aprender nuevas herramientas y sobre todo nuevos paradigmas y tecnologías.
El despido de esos profesionales que conocen los proyectos y herramientas de la empresa, dado que muchas veces la documentación es incompleta, o incluso no existe, hace que se pierda mucho valor y mucha productividad.
En el mejor de los casos, se perderán varios meses hasta que una nueva persona, sin experiencia, aprenda todos los detalles, por lo que el ahorro en salarios debe minorarse restando todos esos meses improductivos.
En el peor, no habrá nadie capaz de asumir la tarea, o quien la asuma lo hará con errores que tiene un coste.
Y ese coste puede ser muy grande (indemnizaciones a clientes, perdida de muchas horas de trabajo de empleados,..).
Lamentablemente no se suele imputar esos errores o pérdidas al departamento que “ha ahorrado” sino que en ocasiones parece atribuirse a “una conjunción de astros” o a “lo complicada que es la informática” por lo que no hay forma de comparar el impacto real de esos “ahorros”.
Una imputación real de lo que cuesta esos “ahorros” sustituyendo a profesionales avezados por becarios posiblemente mostrara cifras mucho peores y probablemente costes mayores.
Nadie responsable plantea usar tornillos de mala calidad para utilizarlos en piezas estructurales y sin embargo sí se considera “normal” prejubilar a profesionales “de calidad” y sustituirlos por profesionales sin experiencia. La diferencia es que cuando un tornillo se rompe y la empresa tiene que pagar indemnizaciones, las responsabilidades y la causa suele ser más clara, mientras que si un desarrollo falla y la empresa tiene que asumir indemnizaciones, la causa no siempre se plantea de forma tan clara.
Por último, como ejemplo claro del absurdo a que se llega, conozco al menos dos casos de empresas que prejubilaron a técnicos (con su indemnización correspondiente) y tras descubrir que nadie conocía cómo hacer su trabajo, tuvieron que contratarles de nuevo como consultores externos (con sus costes extras).

No contratación por edad


Los casos anteriores se producen con empleados dentro de la empresa, pero un porcentaje importante de los casos se produce por la no contratación de profesionales que han superado cierta edad.
Desde luego en este caso no aplica la obsolescencia de conocimientos o imposibilidad de reciclar, ya que si no conocen la tecnología o disciplina para la que se les requiere, no hay por qué contratarles, independientemente de su edad.
Por tanto el único motivo puede ser la edad, y en ocasiones, su banda salarial, que puede ser más alta que la de un recién licenciado. Como en el caso anterior, parece claro que la productividad y calidad compensan (en gran parte de los casos) el coste sobre un recién licenciado.


Lamentablemente, parece que estas “manías” (no he encontrado en mi vida nadie que sea capaz de dar una argumentación coherente a este tema, por lo que solo puede tacharse de “moda” o “manía”)  se extienden a algunas empresas que mantenían un criterio coherente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-05-04/empresas-trabajar-discriminacion-edad_1558692/

0 A.D. game Wildfire games (CC)
Es curioso, que ahora que está tan de moda la gamificación, y que además hace tiempo que se considera que los juegos permiten aprender técnicas y estrategias luego aplicables a la vida empresarial, no se recuerda algo que cualquier jugador de juegos de estrategia conoce:

En la mayoría de juegos de estrategia, la táctica ganadora pasa siempre por tener pocos soldados muy bien equipados y con mucha experiencia  (“caros”) y no en tener muchos  “baratos”. 

Y eso se lleva aplicando desde hace siglos al juego de estrategia por antonomasia, el ajedrez. Ningún jugador cambiaría una reina por dos o tres peones.

By User:Mutante [CC], from Wikimedia Commons


Como en otros casos, esperemos que una revisión crítica de los costes e impacto real de los “ahorros” en personal, al igual que he comentado respecto al material de trabajo  reconduzca la situación.


2 comentarios:

  1. Uff... De acuerdo con todo. No te cuento nada si además eres una mujer.

    (Teresa Prieto Chaparro)

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  2. Sí, tienes toda la razón. Un factor multiplicador a todo lo anterior.
    Creo que merece sobradamente también un artículo

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